a sentarme con las piernas en alto
y meditar.
A correr despacio,
a saltar los obstáculos más altos,
incluso a darles patadas,
con una sonrisa en la cara.
A vivir el presente
saboreando los momentos
de días movidos y muy vividosy noches relajantes y durmientes.
A saber llevar un gran florero
lleno de flores hermosassin que se derrame ni una gota
y admirarlo, tranquilamente.
A gritar cuando me lo pida el cuerpo
escondida detrás de alguna luna
y después salir más feliz que nunca.
He aprendido a no dejar que la vida,
se me escurra sin darme cuenta.
(Sonreír es la mejor manera de enseñar los dientes al destino)(...)