Lluvia.

Me gusta notar la lluvia,

resbalándose sobre mi cuerpo,
que me moje mi pelo,
y llegue a mi cerebro,
para que así inunde mis pensamientos,
fríos como el más duro invierno.
Así no se verá que me estoy ahogando,
en el mar de mis lamentos,
mil lágrimas por derramar,
en unos ojos que no puedo controlar.

Hacia nadie.

El fín de  una razón...
la razón de un vivir...
el fin de todo...
¿Qué espero?
sin esperar nada.
Verte,volar hacia ninguna parte
lejos de mi.
Ahueca tus alas sin rumbo
lejos de mi.

Frío.

Amanece frío, con lluvia endulzada en el café de la mañana,

con el olor intenso del invierno, congelado como mi cuerpo.

Metida en sábanas cálidas de noches, en vela, despierta de sueños.

Escuchando el agua caer, furiosa contra los cristales,

relámpagos, truenos, destrozándome por dentro,

a trocitos rotos por el viento.

¿Cómo me encuentro?

Fría como el invierno.

(Hay algo de mi sombra, hay algo de mi sueño en tu sueño,
hay algo de mi frío en tu invierno. Carmen Naranjo)

Infierno o cielo.

No es casualidad que en mi mente más pronto anochece.
Sólo en estos momentos cometo el error, porque aunque quiera ver el sol,
sólo puedo ver su resplandor.
Y va anocheciendo...  y ya que importa irse y no volver, ni a  cambiarse.
La noche con su manto negro de nuevo me envolverá y aunque quiera quitarmelo,
ya no lo podré hacer jamás.
Mañana será otro día, me dicen ¿ Quizá el último?
Mi cuerpo oscurecido está ya, mi mente en negro ....
y vuela el pensamiento diciendo: ¿Infierno o cielo?

¿...?

Te robo un momento de tu mundo confuso                                                                                            
de tú espacio cerrado...
entre la distancia y mi locura...

No busco, sólo encuentro...

De Joaquín Sabina.

"... Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres.                       
Porque el amor cuando no muere mata

Porque amores que matan nunca mueren..."