pequeño huracán, revuelto.
Ráfagas que pasan agitando la veleta.
La cabeza descompuesta,
las sombras danzando,
los pensamientos flotando,
azotando, arrasando,
siniestro, solano, perverso.
Cómo un látigo, siseando
todo doblado, todo volcado.
El aire que no me deja respirar
choca contra mí, enfurecido
me transporta al abismoempujándome sin compasión
balanceándome sin control
volviéndome tonta perdida.
Mejor quedarse en casa, escondida
viéndolo pasar insolente y descarado,
y estar así más de tres días, perdida.