26 septiembre, 2011

Nada.

Hay días que la melancolía,
aprieta más que nunca,
la vida es un sólo momento,
lleno de deseos muertos.
Una figura sin sombra,
sin silueta alguna
sin historia,
se refleja en un espejo,
un borrón negro
en lo más de negro.
Desnuda en el desnudo,
sin adornos, sin maquillaje
de todo despojada,
sin ningún ropaje.
Se van demoliendo, furtivamente
las alegrías absurdas
que cruzan la mente,
se pierden en calles deprimentes,
con lo ojos cerrados y vendados,
a trozos de trapos sucios
y grandes problemas, amontonados
en la espalda, cargados...

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