Tiene la llave de su
deseo
abre la
puerta sin llamar
acelera su
corazón
bombeando todo su
cuerpo
la confunde, la desarma
alborota su
calma
requiere toda su
atención
sin que lo pueda evitar
la destruye, la forma
entra en su
vida
con una fuerza,
pasiva
la envenena, la asalta
y solo en pocos momentos
se llena todo de instantes intensos
la enciende, la quema
agua que arde en su cuerpo
fuego y lava que la recorre
la infla, la bambolea
un volcán a punto de estallar
que la consume sin poderlo remediar
el aire se vuelve huracán
la come, la saborea
la vacia, la llena...
...después cierra la puerta trás de sí
y la estancia se queda en nada
fría, más que distorsionada
la trastorna, la descoloca...
y su vida continua con su
monotonía.
(Todas las noches se perdonan por una noche de tus juegos)(...)