06 enero, 2012

A fuego lento, un recuerdo.

En un ático situado
un ventanal inmenso,
cerrado, hermético,
para que no pase ni un poco
del frío invierno,
crudo y duro invierno.
Fuera.
Blancos copos de nieve
que caen despacio.
Dentro.
Una chimenea chispeante,
el calor que desprende,
la leña ardiendo,
solo la luz de los destellos,
el crujir de los troncos
el olor del fuego,
la mirada hipnotizada,
quemándose la madera,
el agradable ambiente,
y en el ventanal...
la tarde que se va.

(Las cosas que no se cuentan, mueren en los corazones. Alejandro Sanz.)

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