Pequeñas cosas sin importancia,
que hacen sentirse bien,
como estar cobijada bajo un cielo
totalmente gris,
ver y oír la lluvia,
resbalada sobre el cristal
y su ruido profundo,
de agua caer, apretada,
haciendo charcos en el suelo,
salpicando traviesos,
mojando inquietos.
Gotas de agua que dan vida,
arropada con el calor de la lana,
sobre mi piel, ya enfriada.
Y desde la ventana
donde todo es blanco grisáceo,
mirando se vuelve gris más oscuro,.
hasta convertirse en negro.
Bajo la oscuridad,
las luces lejanas alumbrando,
me hipnotizan,
con sus pequeños puntos apuntando,
al reflejo de la lluvia,
que sigue cayendo...
(Todo mi cuerpo en este otoño se siente crepúsculo de la lluvia.)(Tagami Kikusha)
No hay comentarios:
Publicar un comentario