17 marzo, 2015

Restos de un naufragio.


Como agua salada 
escuecen las lágrimas derramadas,
en un mar bravo en la decadencia
de una mente castigada,
marea alta asesina de ganas,
unas huellas borradas,
un corazón con goteras,
el alma flotando siniestra,
unos sentimientos desechos,
un cuerpo descompuesto.
Simulacro de algo 
que una tormenta violenta
se llevó, muerto,
mar adentro,
a miles de kilómetros
en la locura 
de un vacío en la nada
a algún lugar confuso.

(Tengo miedo, la tarde es gris y la tristeza del cielo se abre como una boca de muerto.
Pablo Neruda)

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