Luna llena. (Breve)

La luna llena 
que nos mira
y remira,
entre el fondo oscuro
de estrellas brillantes,
en nuestros pensamientos
furtivos,
en este momento,
ya,
allí arriba
entre mi cuerpo y el tuyo...

(Tenía miedo , no a lo que estaba por hacer, sino a no hacerlo.)(...)

Otoño.

Otoño claro de sol,
disimulando,
en el atardecer adelantado,
nubes rojizas
coloreando el cielo,
luz deshaciendo
sobre sombras
que caen en mi cara,
ilusionada,
de imágenes retratadas,
adiós verano.

Espera.

Y ella que estuvo esperando,
entre el deshielo
de la montaña lejana,
entre el sol de mediodía,
entre el olor de azucena
y la nube con lluvia,
agitando las manos,
cansada,
a los pajarillos, 
que se posaban en su ventana,
sucia,
señalada de aliento seco, 
mojada de lágrima salada,
recordada.
Y se quedó esperando...


(¿Y nunca supiste de ella?. Supe todo lo que me dijo su silencio.)(...)

Y casi sin darme cuenta.

Te quiero dentro de mi vida,
y no solo,
para juntar labios 
rellenos de besos,
manos con caricias,
cuerpos fundidos
dos en solo uno.
Te quiero, 
para el frío invierno,
con el calor del verano,
en todas mis estaciones,
metido en mis sensaciones,
para todos mis momentos, 
entre mi llanto y mi risa.
Te quiero para ser historia. 
Te quiero.

(No somos nada, pero entre nosotros está pasando de todo.)(...)

Cuando pierdo las medidas del tiempo.

Recuerdos que se escriben
con tinta sobre la piel,
borrones del ayer,
que no se pueden desprender,
lugares que te lo recordarán,
aromas que te impregnarán,
sentimientos que se desvanecerán,
personas que se olvidarán.

(Todos los días se olvida
un poco)

Quien...

Quien va a responder a esos besos
aumentándolos de deseo
embriagándome de ello.
Quien va a abrir las alegrías
que se quedan en el corazón encerradas.
Quien va a descubrirme completa
en cuerpo y alma.
Quien va a mirarme a los ojos
descifrándome por dentro
desnudándome con la mirada
besándome de nuevo...

(Si habito en tu memoria no estaré solo .Mario  Benedetti.)

Estaba en el aire.

Soy ese aire suave
que pasa, sigilosamente,
por tu aliento, filtrándose,
dulce veneno,
que se escurre
garganta para adentro
al corazón, directo,
bombeando,
sangre fluyendo,
palpitando revolucionado
por tu piel, incrustado,
coloreando la mejilla
disparando la sonrisa,
circulando sin freno, 
por tu cuerpo conduciendo
y después saliendo,
acelerado,
con un intenso suspiro
de nuevo.

Sonríe, yo pondré el motivo.

(Estoy detrás del corazón moviéndolo lentamente. Gustavo Cerati.)