Y ella que estuvo esperando,
entre el deshielo
de la montaña lejana,
entre el sol de mediodía,
entre el olor de azucena
y la nube con lluvia,
agitando las manos,
cansada,
a los pajarillos,
que se posaban en su ventana,
sucia,
señalada de aliento seco,
mojada de lágrima salada,
recordada.
Y se quedó esperando...
(¿Y nunca supiste de ella?. Supe todo lo que me dijo su silencio.)(...)
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