Y ella...
que todavía vivía
fantaseando
en que algún día,
de nuevo
el volvería,
mirando a través del cristal
con su mirada perdida,
contando las lunas,
los soles
y las estaciones,
que pasaban,
lentamente,
sobre su calendario usado
en su mundo esperado...
(No existe falta de tiempo, existe falta de interés.)(...)
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