Y paseo mojada,
con la lluvia que cae sin prisa
el viento que la agita
me balancea con mesura,
un cielo cerrado,
dentro de un día lluvioso
de campos resplandecientes,
hojas brillantes,
flores incandescentes
aromas sublimes,
montones de sensaciones,
en un campo perverso,
cien nubes grises
que tapan el celeste del cielo,
mil nubes grises
que esconden el sol,
dejando ver su cerco,
y la vista empapada de todo,
disfruta dejándolo pausado
en la mente eternizado.
(Ver es creer pero sentir es estar seguro. Jhon Ray.)
Vuelve amiga locura,
envuelveme con tu áurea
de luz infinita,
ese rato perverso
que se queda helado
aunque tenga al astro sol
de compañero a su lado.
ese pensamiento inquieto
que te caliente,
esa sensación traviesa
que te inquiete,
ese momento único
de instantes llenos
de sueños locos,
como ángel en el infierno,
como demonio en el cielo...
(Quise ahogar mis penas en licor, pero las condenadas aprendieron a nadar. Frida Khalo.)
Y decidí respirar hondo
ese viento sin espera,
que me alborotada
impaciente el pelo
y lo que había dentro,
me acariciaba,
sin apenas saberlo,
me llenaba,
me inflaba,
y decidí que me envolviera,
con su baile casi enloquecido
de bailarín experto,
que se balanceaba
sobre una hoguera
a fuego lento,
entre cada tormentoso momento
de pensamientos ebrios
y dudas enardecidas,
que atravesaban mi cabeza,
agitadas como huracanes lentos,
por mí, decidiendo solos.
(Vivir es la cosa más rara del mundo, la mayoría de la gente solo existe. Oscar Wilde)
Quédate con esa sombra
que se acopla a tu vida,
como si no pasase nada,
que ama una por una
todas tus locuras,
que te alza las alas,
que sepa volar a tu lado
manteniendo el vuelo
sin apenas esfuerzo,
que anide a tu lado,
escuchándote tranquilo
susurrándote al oído
palabras desmesuradas de cariño,
que te haga estrenar la sonrisa
cada minuto de cada día
como una simple rutina,
que sepa verte especial y única
conociendo tu defectos uno a uno,
que te sienta tal como eres,
llena de luz y de sombras,
un poco salvaje
y algo complicada,
que sepa comprenderte
que sepa mirarte y verte.
(Me enamoré de una tormenta olvidándome hasta el punto de que existía la calma.)(...)
Te quiero puesto
en medio de mi vida,
en la luz de mi ventana abierta
en el sol que entra,
entre el espacio de tu boca
y de mi beso prieto,
en el roce de mi mano
contra tu cuerpo deseoso,
te quiero puesto
en el sitio correcto,
aquí a mi vera
pegado a mi sombra
hasta que me muera.
(Esperaría cien vidas por caminar una contigo.)(...)
Hay un pequeño hueco
surcando mi pecho,
con un corazón dentro
algo imperfecto,
que palpita, terco,
con un impulso raro
puede que hasta sobrehumano,
diferente,
vulnerable,
impredecible,
insaciable,
pero que está entrenado,
a latir emocionado,
abrirse cálido,
entregado a fondo,
como pocos saben hacerlo.
(Nada que salga del corazón puede ser un error, aunque tenga consecuencias.)(...)
He echado de menos
cada instante pequeño
de minutos muertos
que se iban escapando
de dentro de mi cuerpo
como suspiros al viento
de horas sin movimiento
y días de por medio
de estar sin ti a cada momento.
Tú en mi tan dentro, que no te encuentro.
