Y llegaste... soplando el viento fuerte que despeinaba mi pelo rebelde, sutil perfume mezclado, en momentos de flores, enredado, tacto sensibilizado entre manos disimulado, besos depositados en labios esperanzados, cuerpos disecados con magia rehabilitados, Y encontraste... toda mi alma imperturbable consciente y transparente que a todo el mundo le fue indiferente.
(A veces la clave consiste en dejar de buscar y dejarse encontrar.)(...)
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