Y llega ese día
con su delicado instante,
silenciosamente,
que te retiras,
lentamente,
sin hacer ruido apenas,
sin romper,
sin llorar,
sin dejar cicatrices,
con la sonrisa puesta,
y cierras la puerta
con la misma elegancia,
con la que llegaste
aquel día...
(Después de ciertos infiernos, no cualquier demonio te quema.)(...)
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