02 febrero, 2012

Te dejé conmigo.

Y te asomaste a la ventana de mi vida,
en un atardecer de nostálgia dormida.
Y saltaste por ella
con una alegría compartida,
tendiendo los viejos recuerdos
secándose en este sol de invierno
aireándose muy despiertos.
Un pasado plasmado a un ayer,
fuente inagotable de sensaciones,
se endulza, hoy, ahora
en caramelo liquído
dulce y pegajoso sentimiento
que se queda pegado
en unos labios golosos.

(El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce.
Eduard Thomas.)

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