siguiendo su paso acelerado,
en ella,
que pasea sus tacones altos
entre piedrecitas imposibles,
y sus pies van caminando,
sin torcerse en el intento,
con su ruido sonando,
despertando al mundo,
soñoliento.
La vida va continuando,

en una sociedad de telas anchas
y su cuerpo sigue el ritmo,
al compás de un baile prohibido.
Y la vida no se para,
sigue con su pelo alborotado,
agitándose libre,
en el circulo cerrado
de pelo engominado,
en una estancia de ventanas cerradas,
cerrojos oxidados,
y las abre,
descarada,
aireándolo todo,
con el aire agitándose
que entra rebelde,
como el sentido
que le ha dado a su vida...
( No llenes tu vida de años, llena tus años de vida)(...)