Cuando era un bonito pensamiento,
en el aire de abril, flotando
y sé quedó en un leve recuerdo,
que volando se hizo más pequeño,
que pasó de dos labios
mojándose,surcándose, apasionados,
al rozarse dos lenguas,
huyendo, deprisa, despistadas,
aquellos besos...
de grandes como el universo,
dejaron suspiros regalados al olvido.
Las manos rozándose, entrelazadas,
se morían después en despedidas agitadas.
Montones de caricias entre la piel, impregnadas,
dejaron pequeñas heridas infectadas.
Una docena de rosas blancas, perfumadas,
el doble, dejando espinas clavadas.
Mil razones en la sangre, entre las venas,
violentamente corriendo.
Una sinrazón, enfermándote el cuerpo.
...Todo terminó, pero; ni tu ni yo,
nos dijimos adiós...
25 abril, 2013
22 abril, 2013
Aprendiendo.
Sé ordenó no derramar
ninguna lágrima innecesaria,
ocultaría sus ganas de llorar,
delante de gente inapropiada,
su pena...
solo para el que la entendiera.
Sé prometió no dejar salir
su alegría al reír,
entre amistades falsas
que anularían su sonrisa,
con hipócritas palabras,
sus ganas de ser feliz,
solo...
para el que la supiera sentir.
Y aprendió,
a no dejarse llevar por los demás,
aprisionada entre multitudes conformes,
en una celda de barrotes deformes.
Y afirmó,
que esa sociedad,
a ella,
y a su libertad,
no le quitaría
sus ganas de surcar el cielo,
libre como ave en vuelo...
(No hallé como quien ser, en ninguno. Y me quedé, así: como ninguno. Antonio Porchia)
ninguna lágrima innecesaria,
ocultaría sus ganas de llorar,
delante de gente inapropiada,
su pena...
solo para el que la entendiera.
Sé prometió no dejar salir
su alegría al reír,
entre amistades falsas
que anularían su sonrisa,
con hipócritas palabras,
sus ganas de ser feliz,
solo...
para el que la supiera sentir.
Y aprendió,
a no dejarse llevar por los demás,
aprisionada entre multitudes conformes,
en una celda de barrotes deformes.
Y afirmó,
que esa sociedad,
a ella,
y a su libertad,
no le quitaría
sus ganas de surcar el cielo,
libre como ave en vuelo...
(No hallé como quien ser, en ninguno. Y me quedé, así: como ninguno. Antonio Porchia)
16 abril, 2013
Un duende entre una amapola.
Ella será tu fresco rocío,
que te riega cada madrugada,
antes de que el sol alumbre,
antes de que tu ciudad despierte.
La que duerma en tus sueños,
la que siempre soñaste,
la que te hará añorar,
lo que no pudo pasar.
La amapola de tu primavera
que siempre florecerá,
la que está ahí, quieta
a mil kilómetros, sentada
mirando la misma luna
compartiendo aquella estrella,
que os une en la distancia
bajo el cielo del mismo sueño.
( El día que tu no ardas, muchos morirán de frío. François Mauriac)
que te riega cada madrugada,
antes de que el sol alumbre,
antes de que tu ciudad despierte.
La que duerma en tus sueños,
la que siempre soñaste,
la que te hará añorar,
lo que no pudo pasar.
La amapola de tu primavera
que siempre florecerá,
la que está ahí, quieta
a mil kilómetros, sentada
mirando la misma luna
compartiendo aquella estrella,
que os une en la distancia
bajo el cielo del mismo sueño.
( El día que tu no ardas, muchos morirán de frío. François Mauriac)
11 abril, 2013
Brújulas que encuentran sonrisas perdidas.
Déjame, solo mirarte a ti,
todo mi horizonte ahí,
todo el rato encerrado
en ese momento contigo.
Entre cálidos rayos de sol,
filtrándose,
entre hojas de árbol,
por un azul del cielo.
Que todo se quede parado,
y el mundo girando,
pero detrás de nosotros,
que lo que pase alrededor
no quepa en nuestro espacio.
Sólo delante de tus ojos
los míos perdidos,
Sólo en mis manos
tus dulces caricias,
sólo sobre mis labios
tus besos plantados,
sólo contra mis ganas
las tuyas directas.
...Y mi sonrisa ese día
lucia más sonrisa que nunca...
todo mi horizonte ahí,
todo el rato encerrado
en ese momento contigo.
Entre cálidos rayos de sol,
filtrándose,
entre hojas de árbol,
por un azul del cielo.
Que todo se quede parado,
y el mundo girando,
pero detrás de nosotros,
que lo que pase alrededor
no quepa en nuestro espacio.
Sólo delante de tus ojos
los míos perdidos,
Sólo en mis manos
tus dulces caricias,
sólo sobre mis labios
tus besos plantados,
sólo contra mis ganas
las tuyas directas.
...Y mi sonrisa ese día
lucia más sonrisa que nunca...
06 abril, 2013
No te veo pero te siento.
Cogiendo el último solecito
que se va, ya mismo,
con el pelo mojado
y el pensamiento humedo,
en un nuevo anochecer de primavera,
que despide una tormenta,
de un invierno afincado,
de días y días grisáceos,
entre días plomizos,
con días desolados,
feos y nublados.
Quiero cambiarlos,
por alegres y soleados,
un cambio imposible y malo.
Borro momentos tensos,
dibujo ratos intensos,
colores vivos flotando
en la primavera y su cielo inmenso,
a las amapolas por salir,
a las mariposas por volar.
Vete invierno...
descansa en paz hasta otro año.
...Ojalá sea este último viernes,
de lluvia de invierno...
¡te necesito primavera!
(Aveces las cosa llegan cuando las dejas de buscar)(...)
que se va, ya mismo,
con el pelo mojado
y el pensamiento humedo,
en un nuevo anochecer de primavera,
que despide una tormenta,
de un invierno afincado,
de días y días grisáceos,
entre días plomizos,
con días desolados,
feos y nublados.
Quiero cambiarlos,
por alegres y soleados,
un cambio imposible y malo.
Borro momentos tensos,
dibujo ratos intensos,
colores vivos flotando
en la primavera y su cielo inmenso,
a las amapolas por salir,
a las mariposas por volar.
Vete invierno...
descansa en paz hasta otro año.
...Ojalá sea este último viernes,
de lluvia de invierno...
¡te necesito primavera!
(Aveces las cosa llegan cuando las dejas de buscar)(...)
02 abril, 2013
La primera golondrina de esta primavera.
Sol de primavera, entre leves rayitos
que salen poquito a poco
y se van más despacio,
entre grises y negros,
alborotando el cielo
y al horizonte de mi ventana,
con ese sol, algo deslumbrada,
se veía a lo lejos,
una golondrina volando,
moviéndose inquieta,
entre las nubes flotando,
pequeña, oscura y dulce,
vuela sola y se va marchando,
si un día a ese, le hubiese,
quitado sus alas,
estaría aquí, conmigo,
herida, pero mía,
la hubiera cuidado,
la hubiera querido,
pero la dejé escapar
y el cielo atravesar,
sino,
no sería ave libre,
suelta al compás de viento,
dentro de su tristeza
y con la mía a cuestas,
y yo, lo que quería de ella,
eran sus ansias de volar,
sus ganas de viajar,
lejos sin mirar atrás.
que salen poquito a poco
y se van más despacio,
entre grises y negros,
alborotando el cielo
y al horizonte de mi ventana,
con ese sol, algo deslumbrada,
se veía a lo lejos,
una golondrina volando,
moviéndose inquieta,
entre las nubes flotando,
pequeña, oscura y dulce,
vuela sola y se va marchando,
si un día a ese, le hubiese,
quitado sus alas,
estaría aquí, conmigo,
herida, pero mía,
la hubiera cuidado,
la hubiera querido,
pero la dejé escapar
y el cielo atravesar,
sino,
no sería ave libre,
suelta al compás de viento,
dentro de su tristeza
y con la mía a cuestas,
y yo, lo que quería de ella,
eran sus ansias de volar,
sus ganas de viajar,
lejos sin mirar atrás.
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