Agua tibia que cayó del cielo,
en este mayo, que pasó raro,
en una primavera, que no se dejo ver,
buscando corriendo al verano, caer.
Diluye los rayos de sol,
bailando con el frío,
entre fondos grisáceos,
detrás de sombras inciertas,
contra gotas de lluvia perversas,
en las hojas verdes de los arboles,
que se agitan al son del viento,
dejando su dulce perfume,
de primavera casi terminada,
que se va, sin apenas ni florecer.
(Temblando en las flores silvestres se va la primavera. Robayashi Issa)
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