Eres ese pensamiento incierto que se estrella contra mi cuerpo atropellado contra mi pecho, a cada momento, a diario, sin mirar hacía ningún lado sin que pueda dejar olvidado, pesado y enfermizo se queda quieto ahí dentro, y eso que siempre intento cerrar la puerta a ese sentimiento, por que ya no es bienvenido por que ya no es querido...
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