Y me sorprendí un día
cuando me di cuenta
de que ya no estabas:
entre mis letras con melancolía,
palabras aburridas,
con mi triste sonrisa,
boca afligida,
por las lágrimas de mis ojos,
mirada consumida,
y en los agitados recuerdos
detrás del pasado navegando
surcando el presente efímero,
barco sin rumbo.
Y me sentí ese día
más feliz que nunca.
(El mejor maestro es el tiempo,incluso sin que hagas preguntas te da las mejores respuestas.)(...)
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