Vuelves, tan inesperadamente,
de nuevo vuelves,
con tu fachada de melancolía,
tu interior de filosofía,
con una historia nueva a cuestas
salpicada de amor a pinceladas,
arrastrando tu soledad dolorida
bajo una manta de invierno,
detrás de tu disfraz escondida
supuesto príncipe enamoradizo,
a medias galante,
caballero sin escaparate,
artificial, superficial.
Vuelves, tan tranquilamente,
vuelves,
a recoger por el camino
los trozos de un corazón roto
sin saber que hace tiempo
logró sobrevivir solo.
(Nosotros, los de antes ya no somos los mismos. Pablo Neruda)
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