Y hubo un cuento más
con un infeliz final,
no haberse conocido
quizás fuese sido
lo más correcto,
y se cruzó el destino perverso,
entre dos desconocidos indefensos,
y se derrumbó un muro duro,
entre dos lunáticos extraviados,
y la luna siguió brillando...
alumbrando un camino oscuro,
donde andaban solos
y mal acompañados,
dos seres y un solo sentimiento equivocado...
con su ángel en el alma
y su demonio en la cara,
y la luna siguió brillando...
(Si el amor te lastima, lo estás entendiendo mal)
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