La hora del té.
Quizá te volveré a ver,
cruzando por alguna calle,
tomando alguna taza de té,
sentada en alguna parte,
por el cristal del escaparate,
en la letra que se escucha de una canción,
en el desorden de mi razón,
escrito entre mis poemas,
en el final de las historias,
no sé cuando, ni donde,
pero en cualquier instante,
que mi pensamiento se cruce,
con el tuyo, inesperadamente,
quizá te volveré a ver...
(Los sueños no se olvidan, se abandonan.)(...)
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