Se lanzan pensamientos
algo enfurecidos,
contra el cristal, desenfocados,
resbalan desorientados
se hacen un bulto,
en el suelo depositados,
se unen con la rutina,
suben por esa ventana
secos todavía,
para airearse
o hasta para empaparse,
unos desesperantes,
otros interrogantes,
llueve con lo poco
llueve con lo mucho,
que cae del cielo nublado,
y si hay algún sobresalto,
mojarse en el intento
de poder atraparlo.
¿Quién no ha sentido ese genuino impulso de huir del mundo conocido?(...)
Lo que dices, como lo dices... Genial. Un saludo ^^
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