Un mundo lleno
de personas sin rostro,
sin sonrisa
sin llanto.
Una habitación con vistas
a una ventana estropeada,
una puerta abierta
a una escalera
sin peldaños.
Un único día
en un noviembre completo
de nada borracho,
muchas nubes rojizas
una noche perpetua,
para mi, una luna llena
y yo...
bailando con ella.
( Yo no vivo, yo ardo, yo no lloro, yo lluevo, yo no escribo, yo destilo, y así todo el tiempo. María José Martín de la Hoz)
No hay comentarios:
Publicar un comentario