Y sentía el viento fresco,
que alborota su pelo,
aún debajo de su gorro,
el frío de ese invierno,
que le entraba de nuevo,
las hojas bailaban,
los árboles susurraban,
canciones alocadas,
y el pensamiento,
escuchandolas, nervioso,
con el ruido de fondo,
susurros en silencio,
gris en el cielo,
nubarrón negro,
charcos en el suelo,
y ella...
saltando sobre ellos.
(Lo que más me gusta de ti, es la seriedad con la que inventas disparates)
(Gabriel García Márquez)
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