Mírame, aquí, relajada,
observándote, embobada,
algo acalorada,
mirando tus labios suicidas,
esperando un ataque,
tus ojos entornados,
casi cerrados
sin decir nada,
pero expresándolo todo,
tu sonrisa divertida,
que sabe lo que va a pasar,
enseguida,
mírame, aquí, enloquecida,
mírame, aquí, extasiada.
...Y llegó el amor,
para quedarse, pegajoso,
puesto en mi pecho....
Mírame...
(El amor es un secreto que los ojos no saben guardar.)(...)
Imposible no mirarte. Aunque uno mire para dentro cuando te bebe, cuando te lee, cuando ansioso de luz, busca desesperado algo hermoso. Una sombra de poesía y una nota de música, en el silencio frío y gris del universo. Mirarte, leerte... y escaparse del alma una sonrisa. Sincera. De esas que no se pueden reprimir, ni contener. Porque desafiando el espacio y el tiempo, tu alma sigue ahí. Desnuda.
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