Figura sin sombra,
aún en la claridad puesta
se va evaporando
por la luz que la ilumina,
vaga motivada,
casi desnuda y resucitada,
su piel blanca por bandera,
su espíritu negro de tapadera,
pies descalzos flotando,
dulce azulada mirada,
bajo gafas oscuras,
sepultada,
pelo encrespado
en tono dorado,
diadema de aro,
reluciente al sol,
y a su pequeña espalda
algo cansada,
la carga
de dos alas blancas.
Caer, es el trámite preciso para remontarse más alto. Solo quien prueba el polvo del camino, puede apreciar, valorar, la pureza y el frescor del aire allá en lo alto. Y buscar el cielo. Y ganar los besos enamorados del sol. Que importa si tus alas pesan? Tienes alas. Vuelas. Nada puede atar, ni detener, tu espíritu libre. Tu sentimiento. Tu imaginación. Tu melodía.
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