Alocada.
Necesitaba
un escape,
una salida,
un hueco por donde perderse,
pero, no,
no había nada,
el mismo sitio de siempre,
destino impertinente,
el rincón de la rutina indiferente,
y no se movía,
el campo libre,
la carretera abierta,
el otoño que venía,
sentada en el andén,
esperaba,
que alguien la llevara...
pero nunca
nadie pasaba.
(A estas alturas de la vida volverse cuerda...sería una locura)(...)
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