Ella que fue en tu triste vida, motor de tu alegría, café azucarado, ratos entusiasmados, bajo el otoño, que venía, cuando las hojas caían. Y tú que fuiste en la suya, tristeza en su día, noches de llanto, té amargo, momentos callados, las hojas que se pudrían bajo la lluvia, que poco a poco tus pies pisarían. El para ti, tú para el, y vosotros sin saber porqué.
(Cuando aprendes a quererte ya no estás para cualquiera.)(...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario