Y estabas tú, ahí enfrente
dirigida hacia la gente,
fascinante e intocable,
rodeada de luces permanentes,
anuncios que se encienden,
con tu mirada perdida
labios que sonreían,
pero tu boca entristecida,
siluetas de personas
que pasaban inquietas,
y tú, no las veías,
y pasaría el tiempo...
con sus años
por encima,
y te quedarías
en ese mismo sitio
instalada de por vida...
(Alguien que entienda lo que quiero decir, cuando me quede callada.)(Elvira Sastre)
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