Y se rompían los días
golpeados en el calendario,
de año tras año,
y la vida se movía
al compás de una silla,
sentada,
viendo como pasaban
sin hacer nada,
ratos continuos,
y todo se volvía oscuro
cuando la noche caía,
aún con la luz encendida,
noches repetidas,
y seguía en la silla,
sentada,
esperando algo
que nunca llegaba,
y su aburrida vida
se iba acostumbrando a ella
y repetía y repetía...
(No pasa nada, pero pasan los días.)(...)
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