El camino se fue haciendo más estrecho y más profundo,
con algunas piedras tropecé,
levantándome de nuevo sin hacerme daño.
Entre tormentas me he mojado,
esperando la calma en un banco sentada.
Se encendieron todas las farolas a mi paso en la noche oscura.
Ya puedo pasear serena y sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario