23 junio, 2011

Yo que un día te quise siempre.

Yo que viví de tu recuerdo,
errante y distante.
Yo que dormí en tu lecho,
solitaria e ilusionada.
Yo que comí en tu mano,
golosa y satisfecha.
Yo que me quemé de sol,
ardiente e imponente.
Yo que me mojé de lluvia,
fría y consumida.
Yo que morí en tus brazos,
sosegada y tranquila.

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