26 agosto, 2013

Como un tatuaje.

Nace de un pequeño gesto
que se hace de nada,
te paras, lo miras,
y entra de lleno en tu pensamiento,
todo se vuelve más claro,
sin que sepas su razón,
pequeño y ridículo,
grande y abultado suspiro,
que sale de tu interior
sin ninguna explicación,
una suave sonrisa
que entra fulminada
y se queda arraigada,
creciendo a paso lento,
despacio, con leves caricias,
lenta con sugerentes palabras,
enredándose a tu cuerpo,
como un tatuaje adherido,
llenando los surcos de tu piel,
renovando el movimiento de tu sangre,
con ese sutil veneno,
que recorre dulcemente,
todo el entorno de tu cuerpo.



(Todo lo que una  persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad. Julio Verne.)

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