No se perdonó
ese dolor que ella misma
se causó,
fabricando lágrimas saladas
donde más le escocia,
fría y desarmada,
agua del cielo negro
torrencialmente caída,
mojándose con el recuerdo,
entre sus pasos en el barro
herida y consumida,
y secándose después
al amparo del helado viento
que del norte venía...
(Ella había puesto tres puntos suspensivos a la historia, el borró dos...)(...)
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