Ya no se distingue
en un día gris de fondo,
ya no es un leve instante
que va pasando,
evaporándose,
triste flor
que sus pétalos
veía caerse,
sola,
hojas al viento
que huyeron corriendo,
deprisa, incansables,
triste consuelo,
que se le iba resucitando
en su pecho,
una y otra vez
instalado y paciente,
triste destino
que se fue para siempre,
adiós amapola.
(Que bonito fue encontrarnos en el mismo libro, en la misma historia y en el mismo capítulo)(...)
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