Juventud divino tesoro.
Cuando si nos querían o no
dependía solo
de los pétalos de una flor...
si o no...
si o no...
y así terminaba toda la cuestión,
motivados o desmotivados
de esa decisión,
destruíamos,
todas las flores del jardín
y soñábamos con el posible, si,
felices los que pensábamos así...
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