06 agosto, 2017

Sin palabras.



Y no pudo la malvaloca,
crecer al son del calor
de ese verano,
no brotaron de su tallo,
fuertes y duras
sus verdes hojas,
y esa flor
con sus pétalos,
grandes e intensos,
se quedó parada, 
pequeña y descolocada,
secada de lluvia,
por el sol quemada,
por el viento azotada.

(¿Quién despierta al sol cuando duerme en su cama abrasadora? Pablo Neruda)


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