Y no pudo la malvaloca, crecer al son del calor de ese verano, no brotaron de su tallo, fuertes y duras sus verdes hojas, y esa flor con sus pétalos, grandes e intensos, se quedó parada, pequeña y descolocada, secada de lluvia, por el sol quemada, por el viento azotada.
(¿Quién despierta al sol cuando duerme en su cama abrasadora? Pablo Neruda)
No hay comentarios:
Publicar un comentario