Y pasó la tormenta furiosa,
los relámpagos escandalosos,
la lluvia impetuosa,
el granizo ruidoso,
los días grisáceos,
el sol que no salía,
de vez en cuando
copos de nieve que caían,
el frío que me perseguía,
asomada a mi ventana,
burlándose de mi,
riéndose de mi,
y yo,
detrás de cristal, resguardada.
Y un día sin más,
sin avisar,
despacio,
asoma la primavera,
tranquila y florida.
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