Este marzo empapada,
de días de lluvia,
bajando alocada,
con nube grisácea,
de algodón encariñada,
agua cristalizada,
olor a tierra mojada,
transparente, aromática,
navegando desesperada,
flamante, desmesurada,
bebe del mar temeraria,
lluvia revolucionaria.
(shhh... estoy escuchando la lluvia.)
(El secreto de los días de lluvia es saber musicalizarlos.)(...)
Y llueve. Y llueve. Y llueve. Y te cala el frío. Y buscas... Refugio. O inspiración. O consuelo. O que se yo, si es que se nada. En el blog que dibuja un alma pura. En la música de sus palabras, de sus silencios. De sus sueños. De su anhelo de volar. Para no olvidar a que huelen la hierba, el mar, la tierra mojada...
ResponderEliminarQuería leerte, beberte más... pero duele. Aunque es un dolor bueno. Porque desperezarse, sentir, es estar vivo. Algo distinto a existir, que es solo dejar correr el tiempo. Y esperar. Esperar nada. Es curioso como la punta de un lápiz puede llenar esa nada de todo, cuando lo esgrime tu talento y lo afila tu yo. Cuando lo sostienen tus labios. Y mudan en sensibilidad su hablar, escribiendo. Aunque esto sea más que escribir... Porque uno puede encontrar la primavera en las imágenes y colores que adornan la música profunda de tu silencio. que se escribe en palabras. En versos. En frases nunca inocuas que conmueven el corazón. Cuando uno vaga a ciegas, escupiendo arena, es bueno recordar que en medio del desierto hay oasis. Que alguien, como tú, desnuda su sentimiento en un blog. Cual luna blanca, brillante. Oponiéndose y desafiando a la noche. Devolviendo al vagabundo extraviado al camino. Resucitando a Lázaro. ¿Poetisa o musa?. ¿Ser o no ser?. Ojalá fuera Hamlet y no un pobre diablo que solo acierta a romper el nudo gordiano de esa duda, con un gracias. Gracias por estar ahi. Como el sol. Como el cielo azul.
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