Amorcito,
que se queda aprisionado
dentro del pecho,
confortablemente instalado,
que no se mueve nada,
no daña nada,
no hace nada,
solo allí, quietecito,
dando calorcito,
vida y alegría,
sin ni siquiera notarlo,
y si esperar nada
a cambio.
(Te doy todo y siempre me guardo algo. Gustavo Cerati.)
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