Y a pesar de todo,
veía el azul del cielo
aunque estuviese de nubes, lleno,
un rayo de sol,
imaginario,
le reconfortaba,
despierta, en la noche estrellada,
aún con la lluvia, mojada,
soñaba...
con otros mundos...
con otra causa...
con otras circunstancias...
volando con grandes alas...
se despertaba,
cada mañana,
en otro marzo,
que llegaba,
sonriendo,
porque ya nada le afectaba.
de eso se trataba:
brillar con el alma quebrada.
(Enséñame a quedarme, que a irme, ya me enseñaron.)(...)
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