Si tú me dices,
que es negro
entre lo más intenso,
profundo,
yo te digo:
cierto,
aunque yo lo vea claro,
blanco luminoso,
un cielo azul cubierto
aunque todo este soleado,
un día lluvioso,
iluminado,
un arco iris dibujado
en una noche oscura,
mi cordura bailando
a tientas
con la tuya,
te grita:
¡No podrás jugar con mi mente
por mucho
que lo intentes!
(No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar.)(Angela Davis.)
Cierto es, se secó tu río. Al caminar vagabundo, del que corre en círculos y a ciegas; en vez del gorjeo alborozado de las aguas cristalinas, puras, de tu fuente; brindo el sino, el consuelo de tu lecho polvoriento y pedregoso. Testimonio de un pasado dulce y mejor. "Saudaes" del ayer. Hoy, tu ausencia: vacío y erinias. Calló, tu voz, tu verso, tu elocuencia. Y aquel velero, zarandeado en la tormenta, quedó perdido en la noche, sin la luz tranquilizadora, embriagadora, de tu faro. De tu poesía. Y dices: "Si tú me dices". Y te digo. Pero si digo, triste: ¡por Dios, no dejes de escribir!. ¿Tu, escribes? ¿Y sigues pintando arco iris?...
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