Por haberlo conocido
en un momento extraño
bajo una tormenta disimulado,
por haber descubierto
su corazón oscurecido
ardiendo en su fuego,
sus palabras volverse humo,
por haber tomado sus manos,
por haber rozado sus labios
sucios y vacíos.
Surge podrido y con gusanos
como el mismo diablo
saltando de su propio infierno,
perfecto ángel caído...
(La más hermosa jugada del diablo es persuadirte de que no existe. Charles Baudelaire)
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