Viene dando su paseo,
despacio muy lento,otoño,
forzando su vista de lejos,
dejándose mecer por su aire tibio,
cargado de pinceladas
en tonos amarronados,
pintando la luz de su sol
más cálido.
Lleno de hojas que caen al suelo,
que se amontonan como los sentimientos,
en estado salvaje, secos,
de un verano
en la esquina escondido, medio olvidado,
que se elevan con el viento,
haciendo un torbellino pequeño,
moviendo el momento,
más suave, menos violento.
Y en el cielo algo azulado,
un recuerdo que se pierde,
entre surcos de nubes grises,
en la estación nostálgica,
revuelta y loca,
que se abraza tierna,
al último suspiro
de su frágil amigo,
el verano que se marcha...
(Hojas de otoño pálidas, caídas al viento, perdidas en otro año. Miguel Visurraga Sosa)
La tristeza de una vida,
ResponderEliminarla memoria de lo oscuro,
el templor de los cimientos
dan sentido a la locura
de querer como te quiero
de pensar que eres lo único
que pasando todo el tiempo
sigue vivo, puro y limpio.
Adios, maldita tristeza
ni la roces que ella es mia
de mi boca, de mis flores
de mi cuerpo, mi alegria.
Mas me atrevo, si señor
ResponderEliminarpues de puro valor
se han escrito los versos
que desafían la razón
de la mano de un te quiero
Me gusta tu inspiración sacada a través de la mía... eres atrevido, si.
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