Y bajo la luna descansaba
llenando aquella noche,
de palabras escritas,
en papel brillante
con tinta fluorescente,
sacaba un sentimiento,
arrugado dentro de su pecho,
intentaba estirarlo,
a la sombra de esa hora nocturna,
lo dejaba ir suelto,
libre como el viento,
pero el no quería salir
de allí dentro.
Y la luna parecía que se le acercaba,
iluminada de azul oscuro,
un surco la envolvía
y le trasmitía paciencia,
algunas estrellas la escoltan,
en aquella noche tranquila
y toda esa sensación,
atrapada en su corazón...
(La luna asombra mi vida como si fuera una ilusión. Juan Ramón Jiménez)
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