Sentada entre la arboleda,
entre tonos verdes camuflada,
por la suave brisa, acariciada
de jazmín aromático, perfumada
y un café con su aroma intenso
se extendía ,
sobre aquel lugar perfecto
y en esa paz instalada,
mi memoria retrocedía
a mi niñez lejana,
donde un gallo cantaba,
en la distancia
de una madrugada, alejada.
Se mezclan los aromas,
con los recuerdos
y hacen un mágico momento,
de nostalgia y espacio abierto,
que se queda en el aire, aspirado,
revuelo de años
aleteando en el tiempo,
en la mañana de ese verano,
oliendo a café intenso...
(El mejor momento al día es aquel en el que estoy solo
y el pensamiento tiene huellas de vagos recuerdos)(...)
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