Se oye en algún lugar,
que cada golpe verbal,
que te cae encima,
te hace una piel más dura
fuerte y resistente.
Se dice por ahí,
que quien derrama
su triste envidia sobre tí,
te hace relucir de valiosa,
un diamante duro y perfecto.
Se comenta, se rumorea,
que quien lleva dentro de su boca,
palabras sucias y feas,
cargadas de critíca destructiva,
te hace ser importante.
Escucha mi voz, digo yo,
que se alarga entre el viento,
chillona y hasta loca,
libre de verguenza,
harta de critíca,
pero llena de palabras sensatas
y barreras profundas,
que se cierran entre ellas,
que se defienden de la lucha
de una sociedad corrosiva.
(Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.Quintiliano)
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