Brisa marina,
bruma salina,
tenues reflejos de luna
sobre tu mirada oscura,
donde resbala,
el brillo de esa estrella,
que se escapa dejando
destellos en la noche profunda.
Y al fondo en el faro,
una sola luz alumbra,
sobre tu boca
perdida en la mía.
Como barco entrando
a puerto desconocido,
como naufrago escondido
que se encuentra en el mar,
de los deseos concedidos.
(...) Y se dio cuenta de que nadie jamás está solo en el mar.Ernest Hemingway)
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